El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha empeorado este miércoles sus perspectivas para el mundo y sobretodo para América Latina y el Caribe por los efectos del coronavirus.
El nuevo pronóstico es de una caída de la actividad económica global de -4,9% y de -9,4 % para Latinoamérica, 4,2 puntos más que en sus cálculos de abril.
No obstante, para 2021, el FMI prevé que la región latinoamericana crecerá en 2021 un 3,7%, 3 décimas más de lo pronosticado en abril, una cifra prometedora aunque insuficiente para recuperar la actividad perdida durante el presente año.
Caída global
El crecimiento mundial está proyectado en –4,9% en 2020; o sea, 1,9 puntos porcentuales menos que el pronóstico de la edición de abril de 2020 de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO).
La pandemia de Covid-19 ha tenido un impacto más negativo que lo previsto en la actividad en el primer semestre de 2020 y la recuperación será, según las proyecciones, más gradual de lo que se había pronosticado.
En 2021, el crecimiento mundial está proyectado en 5,4%. Globalmente, eso significa que el PIB de 2021 sería alrededor de 6½ puntos porcentuales más bajo que en las proyecciones publicadas en enero de 2020, antes de la pandemia.
El impacto adverso en los hogares de bajo ingreso es particularmente agudo, y pondría en peligro el avance significativo de la lucha contra de la pobreza extrema logrado a nivel mundial desde la década de 1990.
Como fue el caso de las proyecciones del informe WEO de abril de 2020, existe un grado de incertidumbre inusitadamente elevado en torno a estas proyecciones. Las proyecciones de base se fundamentan en presunciones
críticas sobre las secuelas de la pandemia.
En las economías con tasas de infección decrecientes, la ralentización de la
trayectoria de recuperación contemplada en los pronósticos actualizados refleja un distanciamiento social persistente a medida que nos adentremos en el segundo semestre de 2020.
“Mayores cicatrices (daño al potencial de oferta) debido al hecho de que la actividad sufriría más de lo previsto durante el confinamiento instituido en el primer y segundo semestres de 2020, y un golpe a la productividad a medida que las empresas que sobrevivan incrementen las necesarias prácticas de seguridad e higiene en los lugares de trabajo”, señala.
En las economías con dificultades para controlar las tasas de infección, un confinamiento más prolongado infligiría más daños a la actividad. Además, el pronóstico presume que las condiciones financieras —que se han distendido desde la publicación del informe WEO de abril, se mantendrán generalmente a los niveles actuales.
Todos los países, incluidos los que parecen haber dejado atrás los picos de infección, deberían asegurarse de que los sistemas sanitarios cuenten con recursos adecuados.
Latinoamérica en picada
“En América Latina, donde la mayoría de los países aún luchan por contener infecciones, prevemos que las dos economías más grandes, Brasil y México, se contraigan un 9,1 % y un 10,5%, respectivamente, en 2020”, detallan los expertos del FMI.
Estos pronósticos para Brasil y México son 3,8 y 3,9 puntos inferiores a lo anticipado hace tres meses, respectivamente.
Sin embargo, las perspectivas para el 2021 mejoran ligeramente para ambos países respecto a abril, ya que el FMI espera ahora que la economía brasileña avance un 3,6 % y que la mexicana lo haga un 3,3 %.
Después de presentar hoy los datos generales, el FMI dará a conocer este viernes una radiografía más completa de la situación macroeconómica de Latinoamérica, cuando publique sus pronósticos para otros países de la región.