La empresa mexicana América Móvil pactó con Verizon la compraventa móvil virtual de prepago Tracfone Wireless en 6,250 millones de dólares, pagaderos en efectivo y un paquete accionario equivalente al 50% del valor total de la transacción.
Esta fue la quinta compañía de telefonía celular en el Estados Unidos continental durante el 2019 y al cierre del 30 de junio de este año atendía a 20.91 millones de clientes activos e ingresó 2,087 millones de dólares a su matriz, con una utilidad de operación de 294 millones de dólares.
La venta de este operador obedecería a la propia dinámica del mercado estadounidense que tiene como escenario a un actor más robustecido en la escala nacional tras la reciente combinación de T-Mobile con Sprint y a un AT&T apurado en desplegar nuevas líneas de negocio basadas en tecnología 5G.
Estos movimientos obligan a Verizon a elaborar un plan de negocios que también pasa por reforzarse en el prepago, con la perspectiva de ofrecer servicios de valor agregado a ese segmento en el mediano plazo.
Si la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) Verizon, con 118.97 millones de conexiones que se volverían casi 140 millones de accesos con la adición de TracFone, que además repercutiría en un mayor uso de capacidad de su red.
La familia Slim, que se mantiene en EE UU con la subsidiaria de Claro en Puerto Rico, será accionista en Verizon y esa compañía prometió pagar 500 millones de dólares a América Móvil, si TracFone da cumplimiento a ciertas metas definidas de mercado en los 24 meses posteriores a que la FCC palomeé la compraventa, más otros 150 millones de dólares diferidos en dos años, también pagaderos desde el cierre definitivo del trato.
TracFone era hasta el 31 de diciembre del 2019 el tercero de los negocios con mayor volumen de ingresos para América Móvil.
¿Por qué la venta ahora?
La industria se pregunta el motivo de América Móvil para vender el 98,2% de TracFone que estaba bajo su propiedad a Verizon y las argumentaciones son varias, desde la intención del gobierno estadounidense, vía la FCC, de reescribir el programa LifeLine que subsidia con 9.2 dólares mensuales en servicios telefónicos y de banda ancha a las personas de escasos ingresos. Un programa que de alguna manera apoyó el crecimiento de TracFone como operador móvil virtual, por recibir los fondos por cada suscriptor.
Otro factor sería la determinación de Estados Unidos en mantener una batalla contra las compañías chinas de telecomunicaciones, para que no puedan firmar contratos con empresas estadounidenses o con aquellas que operan en su territorio y a las que provean de equipos.
En enero de 2018, la administración Trump ya había bloqueado que Huawei vendiera sus teléfonos con AT&T. Huawei también proveedor de insumos de América Móvil.
En los Estados Unidos aún quedan por migrar de generación a 43 millones de consumidores, según la FCC, que se comunican en 3G, hacia 4G LTE y 5G, y ese pudo haber sido otro factor para América Móvil: evaluar crecer a TracFone y construir red propia para enfrentar a los gigantes locales o reforzar su presencia en Latinoamérica.
Los 6.250 millones de dólares funcionarían a América Móvil para mantener un flujo constante de inversión en sus operaciones de red y mercados naturales, como son aquellos de América Latina.