El mundo laboral ha cambiado, no sólo por un mayor uso de la tecnología también con la forma en la que cada persona enfrenta los nuevos desafíos y la convergencia de distintas generaciones en los espacios laborales.
“A medida que las personalidades se han fragmentado, también lo han hecho las actitudes hacia el trabajo”, se destaca en el estudio “El futuro del trabajo de la consultoría Bain & Company. Es decir, son distintas las percepciones sobre lo que significa un buen lugar para trabajar.
De acuerdo con la investigación de la firma, existen por lo menos 10 dimensiones que definen la personalidad de un colaborador:
- Centralidad en el trabajo: Cuánto me identifico y qué sentido tiene mi empleo.
- Orientación financiera: Cómo impacta mi nivel de ingresos a mi felicidad.
- Orientación al futuro: Prefiero invertir en un mejor futuro o enfocarme en el presente.
- Estatus: Hasta qué punto me preocupa que los compañeros me consideren exitoso.
- Tolerancia al riesgo: Corro riesgos para mejorar mi vida o no.
- Variedad: Prefiero el cambio o la estabilidad.
- Autonomía: Cuánto valoro tener el control de mi propio trabajo.
- Colaboración: Percibo el trabajo como un esfuerzo individual o de equipo.
- Capacitación: Cuánta satisfacción encuentro en el perfeccionamiento de mi trabajo.
- Autotrascendencia: Qué tan importante es marcar una diferencia positiva en la sociedad.
Cada arquetipo de trabajador tiene una actitud diferente frente al trabajo y tiene una tendencia mayor o menor hacia una dimensión u otra. Esto implica que a medida que el futuro del trabajo se consolida y los puestos se especializan, también se transforman los intereses de las personas y no existen recetas únicas, cada empleado tiene una necesidad diferente.
“En otras palabras, pensar en lo que quiere el trabajador promedio de un trabajo ya no tiene sentido en la economía moderna”, se destaca en la investigación. Según el estudio, en el mercado actual se pueden encontrar al menos seis diferentes tipos de empleados, con actitudes y percepciones diferentes con respecto al trabajo. Estos pueden ser:
1. Operadores
Los operadores encuentran significado y autoestima principalmente fuera de sus trabajos. Ellos ven el trabajo como un medio para un fin. No están particularmente motivados por el estatus o la autonomía y generalmente no buscan sobresalir en su lugar de trabajo.
Esta fuerza laboral tiende a preferir la estabilidad. Por lo tanto, tienen menos interés en invertir para cambiar su futuro en comparación con otros arquetipos. Al mismo tiempo, los operadores tienen más mentalidad de equipo y, a menudo, ven a muchos de sus compañeros como amigos. En su mejor momento, son los jugadores de equipo que forman la columna vertebral de la organización. En el peor de los casos, están desconectados y carecen de proactividad.
2. Donantes
Los donantes encuentran significado en el trabajo que mejora directamente la vida de los demás. son el arquetipo menos motivado por el dinero. Suelen desempeñarse en actividades solidarias como la medicina o enseñanza, pero también pueden prosperar en otras líneas de trabajo donde interactúan directamente y ayudan a otros.
Su naturaleza empática generalmente se traduce en un fuerte espíritu de equipo y profundas relaciones personales y relaciones de trabajo. Al mismo tiempo, su naturaleza más cautelosa significa que tienden a ser atrevidos planificadores, que dudan relativamente en aprovechar nuevas oportunidades a medida que surgen. En su mejor momento, son desinteresados y ayudan a generar la confianza que toda organización necesita para funcionar. En su peor momento, pueden ser poco prácticos o ingenuos.
3. Artesanos
Los artesanos buscan trabajos que los fascinen o los inspiren. Están motivados por la búsqueda de capacitación. Disfrutan de ser valorados por su experiencia, aunque están menos preocupados por el estatus en el sentido más amplio. Suelen desear un alto grado de autonomía para sus tareas y, entre todas las personalidades, son los que dan la menor importancia al compañerismo.
Muchos encuentran un mayor propósito en el trabajo, se trata más de pasión que altruismo. En su mejor momento, son capaces de resolver incluso el más complejo de los desafíos. En el peor de los casos, pueden mostrarse distantes y perder de vista los objetivos.
4. Exploradores
Los exploradores valoran la libertad y las experiencias. Tienden a vivir en el presente y buscan carreras que proporcionan un alto grado de variedad y emoción. Estas personas le dan una importancia mayor que el promedio a la autonomía y también están más dispuestos que otros a cambiar seguridad por flexibilidad.
Por lo general, no confían en su trabajo para tener un sentido de identidad, a menudo exploran múltiples ocupaciones durante su vida. Los exploradores tienden a adoptar un enfoque pragmático para el desarrollo profesional, obteniendo sólo el nivel de experiencia necesario. En su mejor momento, se lanzarán con entusiasmo a cualquier tarea donde se les requiera. En el peor de los casos, no tienen dirección y carecen de convicción.
5. Luchadores
Los luchadores tienen un fuerte deseo de hacer algo por sí mismos, están motivados por el éxito profesional y valoran el estatus y la compensación. Son planificadores avanzados que corren riesgos, ya que optan por caminos trillados hacia el éxito.
Estos trabajadores están dispuestos a tolerar menos variedad en el trabajo siempre y cuando estén al servicio de sus objetivos a largo plazo. Su definición de éxito es relativa y, por lo tanto, pueden ser más competitivos y transaccionales en sus relaciones que la mayoría de los otros arquetipos. En su mejor momento, son disciplinados y transparentes. En el peor de los casos, su competitividad degrada la confianza y el compañerismo dentro de la organización.
6. Pioneros
Los pioneros tienen la misión de cambiar el mundo. Por ello, generan puntos de vista sólidos sobre la forma en que las cosas deben ser y buscan el control necesario para lograr esa visión. Entre todas las personalidades, son los más tolerantes al riesgo y orientados hacia el futuro.
Los pioneros se identifican profundamente con su trabajo, su visión importa más que nada, y están dispuestos a hacer grandes sacrificios personales por ella. Sus relaciones laborales tienden a ser de naturaleza más transaccional. Su visión es a menudo, al menos en parte, altruista, pero es claramente individual. En su mejor momento, movilizan su energía contagiosa para tener un cambio duradero. En el peor de los casos, son intransigentes e imperiosos.
“Ninguno de estos arquetipos es mejor o peor que los demás. Mientras que una empresa llena de operadores podría carecer del dinamismo necesario para competir en la economía moderna, una empresa llena de luchadores o pioneros indudablemente colapsaría bajo el peso de egos en conflicto”, resalta Bain & Compañy en su investigación.
En ese sentido, cada personalidad tiene una contribución para tener una empresa sana y exitosa. Aunque una persona puede encajar en más de un arquetipo, la tendencia hacia una personalidad puede cambiar a lo largo de la vida debido a eventos y entornos específicos, incluyendo los espacios de trabajo.
Otras tendencias ante el futuro del trabajo
La actitud frente al trabajo es uno de las cinco tendencias del futuro del trabajo que están cambiando los espacios laborales, a esta se suman:
Cambio de motivaciones para trabajar: Aunque la remuneración sigue siendo una de las principales prioridades para la mayoría de los trabajadores, las personas también están priorizando la seguridad laboral y flexibilidad.
La automatización está rehumanización el trabajo: Las ventajas claramente humanas -la capacidad de resolver problemas, la conexión interpersonal y la creatividad- están cobrando importancia a medida que la automatización elimina el trabajo rutinario.
Cambio tecnológico y las limitaciones de los negocios: El aumento del trabajo desde casa y la economía digital conjuntamente han difuminado los límites de la empresa, haciendo que las ideas de un lugar de trabajo y un trabajador sean más fluidas. Una encuesta de la firma muestra que casi la mitad de los trabajadores en el mundo considera a sus compañeros como amigos, un nivel de conexión y confianza indispensable, pero hasta qué punto las empresas pueden mantener la conexión y la confianza sin la interacción física.
Los jóvenes están abrumados: Los jóvenes, especialmente en las economías avanzadas, están sometidos a una creciente tensión psicológica que se traslada a su vida laboral. En los mercados occidentales, el 61% de los encuestados menores de 35 años citaron los problemas financieros, la seguridad laboral o no alcanzar sus objetivos profesionales como principales preocupaciones para la próxima década.
“La relación entre trabajadores y empresas está cambiando radicalmente, obligando a los líderes a repensar su acercamiento al talento. Nunca ha habido un momento más crítico para hacerlo: el talento se está convirtiendo rápidamente en el recurso más preciado de una empresa”, se destaca en la investigación.