Tres de las cuatro Perspectivas Negativas se encuentran en Centroamérica
Las calificaciones en América Latina han comenzado a estabilizarse este mes, aunque muchas en niveles más bajos que antes de la pandemia, señala la firma Fitch Ratings en un nuevo informe. La presión adicional sobre las finanzas públicas y el aumento de la carga de la deuda por la pandemia han hecho que la calificación regional promedio baje un escalón a ‘BB-‘.
Cuatro soberanos latinoamericanos tienen Perspectiva Negativa, lo que representa el 21% de nuestras calificaciones soberanas en la región, por debajo del 58% en agosto de 2020, señala la calificadora. La recuperación económica del año pasado fue más fuerte de lo que habíamos anticipado a principios de 2021, respaldada por lanzamientos de vacunas, economía reapertura y altos precios de las materias primas. Los ingresos del gobierno también superaron nuestras expectativas, agrega.
Uruguay (BBB-) y la República Dominicana (BB-) evitaron rebajas cuando se revisaron sus Perspectivas de Negativas a Estables a fines del año pasado para reflejar mejores trayectorias de deuda, impulsadas por un gasto contenido y un crecimiento favorable de los ingresos en Uruguay y un impulso de crecimiento impulsado por la inversión en la República Dominicana.
Sin embargo, los déficits seguirán siendo altos en 2022 y estarán por encima de los niveles de 2019 en muchos países de América Latina. Las finanzas públicas tensas ya eran una debilidad del crédito soberano antes de la pandemia y la calificación promedio se ha debilitado en relación con Asia emergente y Europa emergente. Las perspectivas de Colombia (BB+) y Perú (BBB) se estabilizaron luego de las rebajas del año pasado, impulsadas en parte por la erosión de los balances fiscales.
Tres de las cuatro Perspectivas Negativas restantes se encuentran en Centroamérica. En Panamá (BBB-), esto refleja la incertidumbre fiscal en torno a las perspectivas de consolidación en medio de altos déficits y poca credibilidad.
El programa (B) del FMI de Costa Rica proporciona un ancla para abordar las debilidades fiscales y los desafíos de reforma, pero las políticas poco ortodoxas (B-) de El Salvador están poniendo en peligro las perspectivas del programa.
“Mantuvimos la Perspectiva Negativa (BB-) de Brasil en diciembre de 2021, lo que refleja los riesgos para la economía, las finanzas públicas y la trayectoria de la deuda en el contexto de condiciones de financiamiento más estrictas y mayores dudas sobre la credibilidad del ancla del techo de gasto”, destaca Fitch.