Tras su reciente ronda de financiación, Stripe se ha convertido en la startup más valiosa de los Estados Unidos con una valoración de 95.000 millones de dólares. En un par de años, la compañía de pagos ha triplicado su valor y ha alcanzado unos niveles al alcance de muy pocas empresas.
Stripe supera con su última valoración el nivel que tenía Facebook antes de salir a bolsa, unos 80.000 millones, y se sitúa por encima del último valor de SpaceX, situado en unos 74.000 millones. Unos números que salvo gigantes chinos como ByteDance o Ant Group, convierten a Stripe en la empresa privada más grande del mundo.
El origen de Stripe se remonta a 2020, cuando John y Patrick Collison, dos hermanos irlandeses, decidieron fundar Stripe en San Francisco. Desde entonces, el crecimiento de la compañía ha sido constante, con importantes rondas de financiación en 2018, 2020 y finalmente esta última anunciada hoy por un importe de 600 millones de dólares y que tiene como objetivo ayudar a expandir Stripe por Europa.
Stripe sigue en su empeño de convertirse en la pasarela de pagos más utilizada del mundo, no solo para usuarios finales, también en el mercado corporativo. Stripe puede entenderse como una compañía que ayuda a otros a gestionar los pagos. Hasta la fecha han trabajado con pequeñas y medianas empresas, pero su foco ahora está en las grandes empresas.
Según Dhivya Suryadevara, directora financiera de Stripe, se procesa cientos de miles de millones de dólares en pagos cada año, con presencia en 42 países. Para este 2021, desde Stripe pretenden “doblar sus capacidades empresariales” con la incorporación de clientes como Twilio o Zapier. Compañías que se unirán a Deliveroo, Doctolib o el banco N26, que ya utilizan Stripe para gestionar los pagos.
Comercio electrónico los impulso
El auge del comercio electrónico debido a la pandemia ha significado un impulso añadido al éxito de Stripe, que ya se encuentra en todas las predicciones como próxima startup que decidirá dar el salto a cotizar en bolsa, pese a que públicamente por el momento han negado los rumores.
Stripe cuenta con más de 2.500 empleados y 14 oficinas internacionales. Su sede central se encuentra en San Francisco y Dublín, siendo uno de sus objetivos a partir de la última ronda de financiación el de crear 1.000 puestos de trabajo en Irlanda.
En diciembre de 2020, Stripe anunciaba Treasury, una herramienta para “resolver en un instante procesos tradicionalmente más complicados” como abrir una cuenta en un banco. Para ello, se aliaron con Goldman Sachs y Evolve Bank en los EE.UU. A través de Treasury, otras empresas como Shopify podrían ofrecer a sus usuarios acceso a préstamos y a tarjetas de crédito y débito.
Entre los clientes de Stripe hay empresas de todo tipo. Un primer grupo son las empresas de comercio electrónico. Aquí Stripe colabora con compañías como Glovo, Chicfy, Under Armour, We Are Knitters o elparking.
En un segundo grupo se encuentran plataformas B2B como Shopify, Squarespace, Booking o DocuSign, que se han aliado con Stripe para mejorar su sistema de pagos. También empresas de software como servicio, como Typeform, Freepik o Dashlane, o vendedores de transporte o comida como Lyft, Deliveroo o Instacart.
“Estamos invirtiendo en la infraestructura que impulsará el comercio online en 2030 y más allá”, asegura Dhivya Suryadevara. Una ambición que apunta a la próxima década pero donde ya hoy es suficiente para generar importantes ingresos, basados principalmente en la comisión del 2,9% + 0,25 céntimos que aplica sobre las transacciones realizadas.