La popularidad del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, no fue suficiente para atraer inversionistas. Los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) cerraron con saldo negativo en 2022, con -$99 millones, según el reporte oficial del Banco Central de Reservas (BCR).
La reducción fue en tres trimestres. En el primer trimestre de 2022, el saldo fue de -$226.32 millones, para el segundo trimestre -$57.49 millones, en el tercer trimestre el saldo fue positivo por $236.06 millones y al cierre del año volvió a ser negativo por -$51.35 millones, por lo que el saldo al final del año terminó siendo de -$99 millones.
Aunque la baja en los flujos comenzó a suceder a mediados de 2021, con menores montos, se terminó cerrando con un flujo positivo de 313 millones de dólares.
Hay que recordar que a mediados de 2021, la Asamblea Legislativa destituyó a los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) sin seguir el procedimiento de ley, además del despido de jueces.
Tampoco favoreció, por el momento, la adopción de bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, una ley que entró en vigencia el 7 de septiembre de ese mismo año.
Para los analistas la situación podría empeorar con la candidatura a reelección de Bukele, violentando la Constitución del vecino país que prohíbe la misma.