Tras las liquidaciones de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés, el organismo que garantiza los depósitos de los ahorradores cuando un banco quiebra) aseguraba que los depositantes recuperarían todo su dinero, estuviera o no asegurado, y que los costes de ese rescate no iban a recaer en los contribuyentes.
Dos meses más tarde, la FDIC ha propuesto una norma para que sean los grandes bancos los que se hagan cargo de ese rescate En Estados Unidos, las cuentas están aseguradas hasta los 250.000 dólares.
El organismo ha propuesto este jueves un “plan especial” para recuperar los costes que le han supuesto las quiebras de los bancos mencionados, que ascienden a los 15.800 millones de dólares, según sus cálculos, que se corresponden con los depósitos no cubiertos. En total, serán 113 bancos estadounidenses los que saldrán al rescate de los colapsados, siempre entidades de gran tamaño, con activos con un valor en torno a los 50.000 millones de dólares.
Los nombres que primero se vienen a la cabeza son los de la gran banca de Wall Street, con activos superiores a dicha cifra, como JP Morgan, Bank of America (BofA) o Goldman Sachs, y así hasta completar la lista superior al centenar. Todas esas entidades cubrirán el 95% de los costes, ha especificado la FDIC.