El índice de precios subyacente de los gastos de consumo personal, que elimina los componentes volátiles de los alimentos y la energía, subió 0,3% en septiembre, según el informe de la Oficina de Análisis Económico publicado el viernes. El gasto de los consumidores ajustado a la inflación aumentó un 0,4% el mes pasado.
La resistencia de la demanda de los hogares, unida al repunte de la inflación, subraya el impulso de cara al cuarto trimestre. Aunque los economistas esperan en general que el gasto de los consumidores se ralentice en los próximos meses, los responsables de la Reserva Federal han advertido de que la solidez de los datos podría llevarles a seguir endureciendo su política monetaria.
Los datos “sugieren que la Reserva Federal debe permanecer alerta ante la posibilidad de que la inflación subyacente aumente antes de fin de año”, dijo Omair Sharif, presidente de Inflation Insights LLC, en una nota a sus clientes. “De hecho, parece que hay algunos riesgos al alza de cara al cuarto trimestre”.
Dicho esto, se espera que los responsables políticos mantengan sin cambios el tipo de interés de referencia en su reunión de esta semana. El rápido aumento de los costes de los préstamos -los rendimientos del Tesoro a 10 años superaron el 5% por primera vez en 16 años a principios de esta semana- ha contribuido a la cautela de la Reserva Federal.
Uno de los principales motivos de preocupación para los responsables de la Reserva Federal son los precios del sector servicios, que subieron 0,5%, la mayor subida desde enero. Excluyendo la vivienda y la energía, la inflación de los servicios se aceleró hasta 0,4%, desde 0,1% del mes anterior.
El gasto se vio impulsado tanto por los bienes como por los servicios, incluidos los automóviles, los medicamentos con receta y los viajes internacionales.
El apoyo más importante para el gasto de los hogares es la fortaleza del mercado laboral, que por el momento sigue gozando de buena salud. Pero también han influido otros factores, como el aumento récord de la riqueza de los hogares a principios de este año y la persistencia de los ahorros de la época de la pandemia.
Aunque los sueldos y salarios subieron 0,4%, la renta real disponible cayó por tercer mes consecutivo. Como resultado, los consumidores han estado ahorrando menos para apoyar su gasto.
La tasa de ahorro cayó al 3,4%, la más baja de este año. Esto puede suscitar dudas sobre la capacidad de los estadounidenses para seguir gastando a ese ritmo hasta finales de año.
Este trimestre, los analistas estiman un crecimiento económico anualizado de solo el 0,7%, en parte debido al creciente impacto de los elevados costes de los préstamos en la capacidad de los hogares para financiar grandes gastos. Otros factores, como la reanudación del pago de los préstamos estudiantiles y la guerra en Oriente Medio, también podrían frenar el crecimiento.
