De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), cada año se emiten más de 36.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, lo que provoca los gases efecto invernadero que aumentan la temperatura de la tierra, provocan huracanes, deshielan los glaciares y hasta puede generar inundaciones en las costas e islas.
A nivel global, China es el mayor productor de emisiones de CO2 al año, con 12.466 millones de toneladas, seguido por Estados Unidos, con 4.752 millones de toneladas; India, con 2.648 millones de toneladas; Rusia, con 1.942 millones de toneladas; y Japón, con 1.084 millones de toneladas.
A nivel latinoamericano, Brasil es el mayor contaminante de la región, con 489.858 millones de toneladas; seguido por México, con 418.348 millones de toneladas; Argentina, con 189.002 millones de toneladas; Venezuela, con 104.672 millones de toneladas; Chile, con 85.703 millones de toneladas; Colombia, con 77 millones de toneladas, Perú, con 55.144 millones de toneladas; Cuba, con 24.606 millones de toneladas; Paraguay, con 8.891 millones de toneladas; y Uruguay, con 6,77 millones de toneladas.
La explotación de combustibles fósiles genera un fuerte impacto climático, pero también grandes ingresos para las economías de países exportadores. Según cálculos de Morgan Stanley, los desastres climáticos relacionados con el calentamiento global le han costado al mundo en los últimos tres años $650.000 millones.
Existen otros sectores que también producen grandes cantidades de CO2. De acuerdo con informes de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Agencia Internacional de Energía (AIE), el sector energético es el mayor contaminante en el mundo (76%), seguido por la agricultura, incluyendo a la ganadería (12%), industria de productos químicos, cemento, entre otros (5,9%), residuos de vertederos de agua (3,3%), uso de suelo y deforestación ( 2,8%).