La economía europea respira y evitará, al menos de momento, la recesión técnica que la Comisión Europea preveía hace unos meses. La Comisión ha presentado este lunes sus proyecciones de invierno, en las que constata que los nubarrones se disipan poco a poco y que las principales economías comunitarias salvarán los muebles en 2023.
En consecuencia, la UE crecerá un 0,8% en este ejercicio, medio punto porcentual más que en la anterior previsión de otoño, y la zona euro lo hará un 0,9%, seis décimas más.
Irlanda lidera las proyecciones con 4,9% para este año y 4,4% para 2024. De las cuatro grandes economías, según prevé la Comisión, España será la que más crezca. En 2023, el PIB español avanzará un 1,4% frente al 1% previsto en otoño. Italia y Francia crecerán un 0,8% y un 0,6%, unas décimas más, y Alemania conseguirá evitar la caída estimada del 0,6% para aguantar con un crecimiento tímido pero positivo, del 0,2%.
El comisario de Economía del Ejecutivo comunitario, Paolo Gentiloni, ha recordado que la economía española “resistió relativamente bien los choques negativos desencadenados por la guerra de Ucrania, creciendo un 5,5% en 2022, un punto porcentual más de lo previsto en otoño”. En esta línea, “el turismo fue un importante motor de la actividad económica el año pasado y se espera que lo siga siendo este año y el próximo”.
Inflación baja y ayuda al crecimiento
Una de las razones detrás de esta leve mejora es la moderación de los precios. “Desde el otoño la economía europea ha experimentado una evolución positiva”. La contención de la demanda de gas y la diversificación de las fuentes de suministros han provocado que el precio de referencia del gas haya caído por debajo del nivel anterior a la guerra, una tendencia de moderación que se ve poco a poco reflejada en la evolución del índice de precios.
Según las previsiones de Bruselas, sede de la CE, hay cierto espacio para el optimismo, pese a que la inflación siga todavía en cotas muy elevadas. Las proyecciones de este lunes reducen los avances anuales del IPC en prácticamente todos los países del bloque. Así, la inflación media de la UE en 2023 pasará del 7% previsto en otoño al 6,4%, para caer del 3% al 2,8% previsto en 2024.
Esta tónica se repite en los principales Estados miembros. El IPC de España se moderará del 4,8% al 4,4% en 2023, para cerrar 2023 en el 2,8%. En Alemania, la inflación caerá del 7,5% que preveían las anteriores estimaciones al 6,3%. Italia también mejorará las cifras, aunque Francia las empeora y pasa de una estimación del 4,4% en 2023 a una del 5,2%.
Por ello, la Comisión Europea recuerda que la situación sigue siendo inestable y que los riesgos continúan existiendo. El Ejecutivo comunitario ha advertido de que la economía de la UE aún tiene retos por delante, como la inflación subyacente, que siguió aumentando en enero, al tiempo que consumidores y empresas siguen teniendo que hacer frente a los elevados costes de la energía.
Por el momento, y para contrarrestar estos problemas, los países pueden recurrir a una política fiscal laxa gracias a la suspensión temporal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que pone límites a la deuda y el déficit. Estas reglas, no obstante, volverán a recuperarse en 2024, cuando los socios y la Comisión acuerden su nuevo diseño.