En los últimos tres años el mundo ha tenido que enfrentar grandes retos, el paso de la pandemia en 2020 y 2021, la invasión a Ucrania en 2022, junto con la alta inflación en la mayoría de países y la devaluación de las monedas emergentes han puesto a prueba a la economía global. Un escenario que podría empeorar en 2023, pues de acuerdo con los pronósticos de entidades financieras, el panorama económico para el próximo año es de desaceleración y hasta recesión en algunos países, así lo evidencia el último análisis de la revista The Economist ´The World Ahead 2023´.
“Permacrisis” es la palabra con la que los editores del diccionario de inglés Collins han llamado al 2022, ya que la inestabilidad e inseguridad ha sido la constante de este año, por esta razón, la revista económica afirma que para 2023 situaciones como el impacto del conflicto geopolítico, la lucha por controlar la inflación, el caos en los mercados energéticos y el camino de China tras la pandemia marcarán la agenda global.
“La restricción monetaria ha dado lugar a un dólar fuerte que está exportando inflación a los mercados emergentes y dificultando el servicio de su deuda en divisas fuertes”, señala el informe.
De acuerdo con los analistas de la revista, se prevé que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial se sitúe entre 1,5% y 3%.
La alta inflación que se ha presentado este año generó que la mayoría de bancos centrales del mundo endurecieran sus políticas monetarias por medio del aumento de las tasas de interés, lo que ha provocado que la economía se empiece a ralentizar, hasta el punto que se prevé un estancamiento y recesión en países como Estados Unidos y Reino Unido. De hecho, 39% de los directores financieros entrevistados por Deloitte estiman que la potencia americana estará en estanflación y 46%, en recesión.
“En 2023 se necesitará un fuerte poder de fijación de precios”, recalca The Economist.
Este año, el turismo y las comidas en restaurantes de lujo impulsaron la economía global. Sin embargo, en 2023, el encarecimiento de las facturas de energía y del pago de las hipotecas debido a la subida de las tasas de interés generarán un retroceso.
El cambio climático es otra de las situaciones que podría impactar a la economía mundial, pues como se vio este año, las sequías pueden afectar la producción de energía hidroeléctrica así como la de alimentos, lo que agravaría la pobreza y los conflictos. Además, las inundaciones, huracanes e incendios forestales generan grandes costos.
“Con un aumento de las medias mundiales de entre 1,1 y 1,3 grados respecto a los niveles preindustriales, muchas inundaciones, sequías, incendios forestales y olas de calor empeorarán”.