Aunque la población tendrá un respiro con la suspensión de los racionamientos de energía para esta semana, la situación financiera de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) está lejos de iluminarse. El déficit acumulado se elevó a 76.243 millones y el resultado de pérdidas acumuladas del ejercicio 2023, a mayo, son de 2.847 millones de lempiras.
Los pasivos (deudas) de la ENEE son de “102.519 millones de lempiras”, un alza de 8.573 millones de lempiras en relación a mayo de 2022.
Las cifras confirman que el sector financiero nacional e internacional es el principal acreedor de la ENEE. Casi el 50% de la deuda total, 59.480 millones de lempiras, son créditos externos e internos a corto y mediano plazo. En doce meses, esta deuda a largo plazo aumentó en “5.765 millones de lempiras”.
La deuda interna y externa a corto plazo, supera los 18.000 millones de lempiras, incluyendo la deuda en mora y el pago de intereses.
El informe financiero, firmado por el gerente interino de la ENEE, Erick Tejada, confirma además el retraso en el pago a los proveedores, entre ellos los generadores de energía. La mora con los proveedores es de 18.805 millones de lempiras, con un mayor impacto en la generación renovable.
Este año, las autoridades siguen sin dar señales de reducir el déficit financiero y más se contrató nuevo endeudamiento. En un año los pasivos aumentaron en “8.573 millones de lempiras”.
Aunque los ingresos son insuficientes, el gobierno anunció un plan de inversiones que inicialmente supera los 7.000 millones de lempiras. El objetivo, según las autoridades es “invertir en una infraestructura que abandonaron los gobiernos anteriores” y recuperar la situación financiera a mediano plazo.
Este año, la ENEE tiene una partida de inversiones que supera los 15.000 millones de lempiras que se espera sirvan para ampliar y mejorar la infraestructura eléctrica, mejorar los ingresos y pagar las cuentas pendientes con los proveedores y acreedores bancarios.