Dos terceras partes de los adultos a nivel mundial hacen o reciben pagos electrónicos
La pandemia del Covid-19 produjo una serie de situaciones que aceleraron la inclusión financiera, lo cual, a su vez, provocó un incremento en los pagos a través de medios digitales.
Este nuevo escenario hizo que las entidades bancarias se vieran obligadas a expandir sus servicios financieros, creando nuevas oportunidades económicas que ayudaran a reducir las brechas de género y de poblaciones vulnerables en la posesión de cuentas.
Según Global Findex, en 2017, 68% de los adultos en el mundo contaban con una cuenta bancaria en alguna entidad financiera, tras el paso de la pandemia, en 2021, la cifra subió al 76% de la población mundial y al 71% de las personas en los países en desarrollo.
Recibir pagos digitales, como el pago de un salario, una transferencia del gobierno o una remesa nacional, cataliza el uso de otros servicios financieros, como el almacenamiento, el ahorro y el préstamo de dinero.
Actualmente, dos terceras partes de los adultos a nivel mundial hacen o reciben pagos electrónicos. Además, la proporción de los países en desarrollo incrementó de 35% en 2014 al 57% en 2021. En estas economías, 71% de las personas tienen una cuenta en una institución o proveedor de dinero móvil.
“La revolución digital ha catalizado aumentos en el acceso y el uso de los servicios financieros en todo el mundo, lo que ha significado una transformación en la forma en que las personas realizan y reciben pagos, concretan préstamos y ahorran”, aseguró, David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial.
La contingencia sanitaria produjo un gran incremento en el uso de los pagos a través de medios digitales. En las economías de bajos y medianos ingresos, más de 40% de los adultos que realizaron pagos en línea, o con una tarjeta, lo hicieron por primera vez en la pandemia.
Por ejemplo, en India, más de 80 millones de personas hicieron su primer pago electrónico a pequeños comercios luego del inicio de la pandemia. Y en China, más de 100 millones de adultos.
“La creación de un entorno normativo propicio, la promoción de la digitalización de los pagos y la mayor expansión del acceso a cuentas y servicios financieros formales para las mujeres y los sectores pobres son algunas de las prioridades normativas para mitigar los reveses sufridos en materia de desarrollo a causa de las múltiples crisis actualmente en curso”, agregó, Malpass.
Se reduce la desigualdad de género
De acuerdo a esta misma compañía, por primera vez desde 2011 se presentó una disminución en las disparidades de género en la tenencia de cuentas bancarias, lo que refleja una mayor independencia y privacidad económica en las mujeres.
La brecha de género en la titularidad de cuentas en las economías en desarrollo se ha reducido a 6 puntos porcentuales desde 9 puntos porcentuales, donde se mantuvo durante muchos años.
“El mundo tiene una oportunidad crucial de crear una economía más inclusiva y resiliente, y de generar un camino hacia la prosperidad para miles de millones de personas”, dijo, Bill Gates, copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, una de las organizaciones que financian la base de datos Global Findex.
Sin embargo, en países como África subsahariana, la carencia de un documento de identidad impide la tenencia de cuentas de dinero móvil para el 30% de las personas que no tienen cuentas bancarias. Por lo cual, más de 80 millones de adultos que no cuentan con este producto financiero continúan recibiendo pagos del Gobierno en efectivo.