El petróleo vivió otra jornada aciaga, especialmente marcada en el caso del West Texas, de referencia en Estados Unidos y Honduras, que a lo largo del día ha agudizado las caídas hasta los 13 dólares (12.78 dólares).
El aumento de las reservas de crudo no frena, y los recortes de producción no son suficientes para compensar una demanda hundida. El Brent, referencia para dos tercios de los contratos de petróleo físico, baja a 20 dólares por barril (-8%).
Así, los futuros del West Texas (WTI) para entrega en junio bajan el 25%, rompiendo con cuatro jornadas de subidas. Hace una semana el precio del barril (el de entrega en mayo) cotizó por debajo de cero ante un exceso de oferta e incapacidad de almacenaje que colapsó el mercado.
Mientras la extracción en EE UU se está recortando y Arabia Saudita ha empezado a cerrar el grifo ya antes de inicio oficial de las bajadas de producción pactadas por la OPEP+, los inversores están centrados en el enorme exceso de crudo.
Los límites a la capacidad de almacenar crudo se probarán en las próximas tres semanas, calcula Goldman. El mercado está inventando vías para guardar petróleo, incluidas pequeñas barcazas y oleoductos. Grandes petroleros están anclados en los alrededor de Singapur o Los Ángeles repletos de crudo que nadie quiere.
Los perforadores estadounidenses pararon 60 pozos la semana pasada, reduciendo el cómputo a 378, según datos de Baker Hughes. Fue la sexta caída semanal consecutiva, y ha detenido casi la mitad de la exploración americana.
La semana pasada, Saudi Aramco comenzó a reducir la producción diaria de unos 12 millones de barriles a 8,5, según Bloomberg. La OPEP+ acordó reducir la producción en unos 9,7 millones de barriles al día en un esfuerzo por detener las pérdidas de los precios del petróleo.
Para María Eugenia Covelo, director de Cohpetrol, señaló que el mercado sigue volátil, pero se debe analizar el promedio de 22 días para evaluar su impacto.
Agregó que Honduras importa destilado y no crudo, por lo tanto no se refleja en el mercado. Sin embargo, otros analistas del mercado estiman que la baja del crudo, materia prima de los destilados (gasolinas), ha bajado los costo de la producción y por ende de los precios finales.