El sector empresarial hondureño estima que el promedio del salario mínimo en el país, de unos 10.000 lempiras a partir de este mes, genera una distorsión en el mercado laboral y por ello se debe revisar el mecanismo de negociación para los próximos años.
Para el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), se debe reformar la Ley del Salario Mínimo y uno de los cambios sería el de sustituir el factor de inflación (4,08% en 2019), por el de costos, y mantener el de productividad.
Gustavo Solórzano, asesor legal del Cohep, señala que se ocupan “nuevos parámetros”, que la negociación del salario mínimo “se dé en base a parámetros técnicos en base a lo que es la realidad económica del país. No podemos continuar con los mismos mecanismos en donde lo que se ha venido generando son algunos incentivos perversos”.
“La Ley del Salario Mínimo data ya de muchos años y es necesario actualizarla, ver las nuevas tendencias económicas, la nueva manera de cómo se están fijando los salarios en otros países y de esa manera, en realidad generar un crecimiento sostenible”, agregó.
Uno de los empresarios es la participación del gobierno en las negociaciones ya agrega un “tinte político” a la revisión anual.
Para el director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT). Rafael Medina, los costos y la productividad deben ser la base del cálculo del salario mínimo.
Agregó que los aumentos de los últimos años han generado informalidad en las empresas al no poder pagar los nuevos salarios.
A partir del 1 de enero se aplica el nuevo salario mínimo que aumento entre 5 y 7%. En Honduras también se aplica un salario por hora que es casi 50% menor al salario mínimo y es el que aplican un gran número de empresas, sobretodo pequeñas.