La política antiinmigrante de Estados Unidos estaría impulsando el mayor flujo de remesas al país fortaleciendo el ingresos de divisas, pero con pocas ideas del gobierno para aprovechar más el volumen de ingresos, estiman analistas económicos.
Según datos del Banco Central de Honduras (BCH), las remesas han crecido un 9,5% y al 22 de noviembre llegaron a “4.356.8 millones de dólares”.
Con el flujo tradicional de remesas en diciembre es muy probable que se reciban 400 millones de dólares y con esto establecer una marca récord de más de 4.700 millones de dólares.
Ismael Zepeda, analista económico, señaló que el temor de los hondureños en EE UU ha generado ese incremento de los envíos e incluso con una mayor promedio porque se dan cuenta del alto costo de vida en Honduras.
“Los envíos pasaron de 300 a 400 a 500 y 600 dólares al mes porque tenemos una inflación alta por el deterioro de la economía y por el temor a ser detenidos en esa cacería que tienen en Estados Unidos contra los migrantes”, señaló.
Para el también economista, Fernando García, es el momento para aprovechar los mayores envíos tanto por el gobierno como por las familias.
El ingreso de dólares no solo debería estabilizar el tipo de cambio en el país (se ha devaluado un 3%), sino que permite buscar mecanismos para aprovechar ese dinero impulsando actividades como la construcción, transporte y ahorro en general.
“El destino (de las remesas) es la compra de bienes y servicios importados y entonces retornan a la economía de dónde vinieron y se benefician, principalmente las empresas importadoras”, señala.
Para las familias el destino principal es el gasto y ese es un problema que impide capitalizar esos recursos.
“Se puede destinar una parte del mismo a la inversión, ya sea en activos como la vivienda o compra de un bien para transporte o carga. Actividades que mueven la economía y desde el gobierno se pueden impulsar desde el gobierno o la empresa privada”, opinó.