Los funcionarios de la Reserva Federal de Estados Unidos elevó este miércoles su tasa de interés objetivo en tres cuartos de punto porcentual, a un rango de 3,00% -3,25%, y las nuevas proyecciones indican que los costos de endeudamiento avanzarán hasta 4,40% para fines del año antes alcanzar eventualmente un máximo de 4,60% en 2023, frente a una estimación del 3,8 por ciento en junio, cuando publicaron las últimas estimaciones.
En tanto, las proyecciones trimestrales del banco central calculan una desaceleración del crecimiento del PIB a 0,2% este año para recuperarse a una expansión de 1,2% en 2023, bien por debajo del potencial de producción.
Además, la entidad espera que la tasa de desempleo suba a 3,8% este año y se ubique en 4,4% en 2023. La inflación, por otro lado, regresará lentamente al objetivo de 2% de la Fed en 2025.
Los funcionarios de la Fed esperan comenzar a reducir las tasas en 2024, pero anticipan que las reducirán lentamente.
El camino de la política que la Fed presentó fue mucho más severo de lo que los funcionarios habían pronosticado previamente. Muestra al banco central empujando las tasas mucho más allá del punto en el que pesan sobre el crecimiento económico y dejándolas elevadas en los años venideros.
Juntas, la decisión sobre las tasas de septiembre de la Reserva Federal y las severas proyecciones equivalieron a una declaración: el banco central está decidido a aplastar la inflación, incluso si hacerlo tiene un costo para la economía a corto plazo.
Los precios continúan aumentando a más de tres veces la tasa objetivo de los banqueros centrales, lo que hace que la vida cotidiana sea difícil de costear para millones de estadounidenses. Si bien el aumento de la inflación ha sido global y se debe en parte a que la pandemia y la guerra han perturbado las líneas de suministro, las empresas pueden cobrar tanto en parte porque la demanda de los consumidores se ha mantenido resistente. Los funcionarios están tratando de cambiar eso.
Las políticas de la Fed funcionan restringiendo la demanda. Las tasas de interés más altas hacen que sea más costoso pedir dinero prestado para comprar un automóvil o una casa o expandir un negocio, lo que ralentiza el gasto de los consumidores y las expansiones corporativas.
Pero es probable que el camino hacia una inflación más débil sea doloroso. Las acciones de la Fed están destinadas a pesar sobre la economía, y los funcionarios esperan que incluso aumenten el desempleo. Los funcionarios proyectaron que el desempleo aumentará al 4,4 por ciento el próximo año, considerablemente más alto que el 3,7 por ciento actual, y permanecerá allí hasta 2024. El crecimiento económico, según esperan los formuladores de políticas, será más lento.