La inflación empieza a traer mejores titulares en la eurozona. En septiembre, el índice de precios al consumo (IPC) desaceleró del 5,2% interanual de julio al 4,3%, por debajo incluso del 4,5% que estimaba el consenso de economistas.
Es la lectura más baja desde octubre de 2021, cuando fue del 4,1%, quedando cada vez más lejos el pico del 10,6% del pasado otoño. Lo mismo ha sucedido con la inflación subyacente -en este caso excluye la energía, los alimentos, el alcohol y el tabaco-, que ha pasado del 5,3% al 4,5%, también por debajo del 4,8% previsto. Es la primera lectura en un año por debajo del 5%. La senda de desinflación coge algo más de ritmo en la región.
En tasa intermensual también se ha experimentado desaceleración: en el caso del IPC general, del 0,5% al 0,3%; y en el del IPC subyacente, del 0,3% al 0,2%, según los datos publicados este viernes por Eurostat.
Haciendo el repaso por componentes, la energía pasa de retroceder un 3,3% interanual en agosto a hacerlo un 4,7% en septiembre por el efecto base. En lectura intermensual, la energía sube un 1,4% en medio del reciente repunte del petróleo.
En la categoría conformada por los alimentos, el alcohol y el tabaco, el descenso es de un 9,7% interanual a un 8,8%, con un repunte mensual del 0,1%. Tras meses con una inflación de doble dígito, parece que los alimentos pierden de vista la cota del 10%, si bien sigue siendo muy elevada para los sufridos consumidores europeos.
Mención especial requiere la inflación en los servicios, que retrocede de un 5,5% interanual a un 4,7%, con una remarcable caída intermensual del 0,9%. Esta métrica es especialmente vigilada por un Banco Central Europeo (BCE) muy pendiente de las presiones salariales al alza en el sector que ha sujetado la actividad en Europa durante los últimos meses.
La inflación subyacente de los bienes industriales no energéticos cayó por séptimo mes consecutivo, y un poco más de lo previsto, del 4,7% al 4,2%, al seguir repercutiendo la mejora de las condiciones de la cadena de suministro mundial.
Diferencias por países
Este jueves los datos de España y Alemania dejaban dinámicas opuestas. En Alemania, el IPC (datos nacionales no armonizados para la eurozona) ha caído en septiembre del 6,1% al 4,5%, la tasa más baja desde que comenzó la guerra en Ucrania en febrero de 2022, gracias los efectos base. En septiembre del año pasado decayeron las ayudas públicas al uso del transporte y al combustible, elevando la inflación y haciendo más benigna la comparativa interanual ahora. En España, por contra, el IPC ha repuntado del 2,6% al 3,5% por la subida de la electricidad y los carburantes.
Este viernes ha sido el turno de Francia e Italia. En el país galo, el IPC se ha situado en septiembre en el 4,9% interanual, idéntica cifra a la del mes anterior, lo que representa la confirmación del fin de la senda descendente iniciada en abril tras el repunte de agosto, aunque en términos puramente mensuales sí retrocedió medio punto.
En Italia, la inflación registró una nueva, aunque “moderada desaceleración” en septiembre, situándose en el 5,3% anual, frente al 5,4% del mes anterior, la cifra más baja desde enero de 2022. “El nuevo descenso de la tasa de inflación se ve afectado por la evolución de los precios de los alimentos, cuyo crecimiento interanual se desaceleró notablemente, aunque se mantuvo en niveles relativamente altos (+8,6 %)”, explica el Istat en su comunicado. Por el contrario, “la recuperación de la inflación está frenada por la reaparición de las presiones sobre los precios de la energía”, agrega.