- En Latinoamérica crecería 9,1%, después del 25% alcanzado el año pasado
Se prevé que los flujos de remesas registrados oficialmente con destino a los países de ingreso bajo y mediano aumentarán un 4,2% este año, hasta llegar a los 630.000 millones de dólares. Esto ocurre luego de una recuperación casi récord de 8,6% en 2021, según la última edición de la Reseña sobre migración y desarrollo, publicada por el Banco Mundial.
Se espera que las remesas hacia Ucrania, el mayor receptor de Europa y Asia central, aumenten más del 20% en 2022. Para Latinoamérica y el Caribe se estima que las remesas crecerán un 9,1%.
Sin embargo, los flujos de remesas a muchos países de Asia central, cuya fuente principal es Rusia, caerán de manera drástica. Estas disminuciones, combinadas con el aumento en los precios de los alimentos, los fertilizantes y el petróleo, pueden generar un incremento en el riesgo para la seguridad alimentaria y exacerbar la pobreza en muchos de estos países.
“La invasión rusa de Ucrania desató una crisis humanitaria, de migración y de refugiados a gran escala y generó riesgos para una economía mundial que aún lidia con los efectos de la pandemia de COVID-19”, dijo Michal Rutkowski, director global de la Práctica Global de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.
El 2021 fue un año récord para Latinoamérica
Durante 2021, los flujos de remesas mostraron un marcado incremento en América Latina y el Caribe (25,3%), África subsahariana (14,1%), Europa y Asia central (7,8%), Oriente Medio y Norte de África (7,6%) y Asia meridional (6,9%). Las remesas con destino a Asia oriental y el Pacífico disminuyeron un 3,3%, aunque si se excluye a China, registraron un aumento del 2,5 %. Sin incluir a China, los flujos de remesas constituyen la principal fuente de financiamiento externo de los países de ingreso bajo y mediano desde 2015.
Los cinco países que más remesas recibieron en 2021 fueron India, México (que reemplaza a China), China, Filipinas y Egipto. Entre las economías donde los flujos de remesas representan un gran porcentaje del PIB se encuentran el Líbano (54%), Tayikistán (34 %), República Kirguisa (33%) y Samoa (32%).
“Por un lado, la crisis de Ucrania desvió la atención política mundial de otras regiones en desarrollo y de la migración económica. Por otro lado, reforzó los argumentos en apoyo a las comunidades de destino que experimentan una gran afluencia de inmigrantes”, señaló Dilip Ratha, autor principal del informe sobre migración y remesas y jefe de la Alianza Mundial de Conocimientos sobre Migración y Desarrollo (KNOMAD).
Tendencias regionales en las remesas
Los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe aumentaron a $131.000 millones en 2021, lo cual representa un incremento del 25,3% con respecto a 2020, a causa de la fuerte recuperación del empleo de los trabajadores extranjeros en Estados Unidos.
Entre los países que registraron tasas de crecimiento de dos dígitos se encuentran Guatemala (35%), Ecuador (31%), Honduras (29%), México (25%), El Salvador (26%), República Dominicana (26%), Colombia (24%), Haití (21%) y Nicaragua (16%).
Los flujos registrados hacia México incluyen fondos que recibieron los migrantes en tránsito provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití, Venezuela, Cuba y otros países. Las remesas son importantes como fuente de divisas para muchos países, donde estos flujos representan al menos el 20% del PIB, como en El Salvador, Honduras, Jamaica y Haití.
En 2022, se estima que las remesas crecerán un 9,1%, aunque persisten los riesgos de deterioro.