La celebración gubernamental de El Salvador de no registrar crímenes en más de 300 días, está dando sus frutos en el mercado internacional. La mejora en seguridad podría, eventualmente, impulsar la inversión a medida que las empresas y los consumidores ganan confianza, según la firma de riesgo Moody’s Investors Service.
Hay “evidencia anecdótica significativa” de que el crimen ha disminuido en la nación centroamericana, dijo el analista de Moody’s Jaime Reusche, lo que podría alentar a las empresas locales a impulsar la inversión.
“Si la situación de seguridad se traduce en una mayor inversión, eso sin duda podría cambiar las reglas del juego para la economía”, afirmó el analista.
Si el entorno más seguro resulta sostenible, podrían sumarse los inversionistas extranjeros más cautelosos, aunque pueden ser sensibles a los problemas de “gobernanza”, aclaró.
El Gobierno del presidente Nayib Bukele ha encarcelado a decenas de miles de presuntos pandilleros durante el último año usando poderes de emergencia. La política es popular, aunque los grupos de derechos humanos han criticado la falta de debido proceso, el arresto de los críticos del Gobierno, el uso de la tortura y el secreto que rodea la operación.
El Salvador solía estar entre los países más violentos del mundo y la extorsión generalizada de las pandillas era un freno importante para la actividad económica. El comercio minorista, el turismo y la banca son sectores que se beneficiarían de una disminución sostenida de la violencia, dijo Reusche.
Además de la delincuencia, la falta de acceso al crédito y herramientas financieras es uno de los “mayores impedimentos para el crecimiento potencial” del país, explicó.
Moody’s proyecta que la tasa de crecimiento económico de El Salvador será de 1,7% este año, antes de acelerar hacia su tasa potencial total de alrededor de 2,5%.
Moody’s ha recortado la calificación de El Salvador en tres niveles desde que Bukele asumió el cargo en 2019, a Caa3, lo que significa que el país tiene “un riesgo crediticio muy alto, mala reputación”. Sin embargo, la agencia elevó su perspectiva desde negativa a estable luego de que en enero pagara el vencimiento de un bono por $604 millones y un cronograma de amortización más favorable a corto plazo.
El Gobierno aún carece de acceso a los mercados crediticios globales y enfrenta grandes necesidades de financiamiento, y se las ha valido en gran medida con deuda interna costosa a corto plazo.