Baja podría superar los 4.8 millones de sacos de 60 libras. Honduras con menor impacto al haber exportador el 60% de su producción
La Organización Internacional del Café (OIC) prevé que la demanda de café se estancará o caerá por efectos de la recesión económica mundial del Covid-19.
Según proyecciones que ha elaborado la institución, por cada punto que cae el crecimiento del producto interno bruto (PIB), la demanda mundial de grano se reduce en unos 1.6 millones de sacos.
“Los resultados muestran que un descenso de un punto porcentual en el crecimiento del PIB está vinculado a una reducción en el crecimiento de la demanda mundial de café de 0,95 puntos porcentuales, o sea 1.6 millones de sacos de 60 kilogramos”, indica el informe.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha previsto que la crisis económica que ha provocado la pandemia, resultará en una caída del PIB global de 3%, lo que representaría 4.8 millones de sacos.
La OIC que analizó los datos de 20 países que consumen el 71% de todo el café del mundo y advierten que son varios factores que afectan al sector café.
Cafeterías y restaurantes cerrados
Otros efectos en la demanda están relacionados con las repercusiones de las medidas de distancia social en el consumo fuera de casa, dado que gran parte de la industria de la hostelería está sometida a confinamiento y los lugares de trabajo están cerrados.
A corto plazo, el consumo “fuera de casa” está teniendo un descenso considerable, a medida que son cada vez más los países que adoptan una política de confinamiento total o parcial, como la que hay en Honduras donde están cerradas los centros comerciales, cafeterías y restaurantes. lugares de mayor consumo de café.
Aunque la OIC advierte mayores compras de café en supermercados, esta demanda no será sostenible en el tiempo y bajará a corto plazo.
Otro reto para los productores
“La difusión de la Covid-19 representa un reto adicional considerable para el sector mundial del café, que ya experimentó un período prolongado de bajos precios para los productores”.
A pesar del firme crecimiento general del sector, los precios del café experimentaron una tendencia continua al descenso desde 2016, y cayeron un 30% por debajo de la media de los diez últimos años.
Muchos de los 25 millones de caficultores de todo el mundo, la mayoría de los cuales son agricultores en pequeña escala, se ven en apuros para cubrir los costos de operación, dado que los precios de los insumos siguen subiendo.
En consecuencia, los ingresos agrícolas disminuyen y el medio de vida está cada vez más en peligro. “La falta de inversión en la modernización de las fincas y en adaptación al cambio climático representa un grave peligro para la sostenibilidad del sector y el suministro futuro de café”, señala la OIC.
A mediano plazo, la reducción en los ingresos de los hogares, por la misma recesión o pérdidas de empleo, podría resultar en una menor demanda de café en cuanto a volumen. “Además, los consumidores susceptibles a los precios podrían sustituir el café de precio más alto por mezclas o marcas de precio más bajo”.
Sin embargo, la OIC considera que el efecto puede no ser tan alto en los países más desarrollados, que constituyen el mercado tradicional del café, como Europa, Australia, Estados Unidos, entre otros.
En Honduras, el impacto para este año sería menor ya que la mayor parte de la producción de la cosecha se entra en los beneficios cafetaleros y las exportaciones ya superan el 60% de lo programado.
Además el precio actual ronda los 115 dólares, un valor mayor al del año pasado (95 dólares). Un nuevo protocolo de producción cafetalera seria el camino a seguir para mantener la producción y mejorar la calidad del rubro.