Los precios del petróleo subieron más de un 10% porque las existencias de crudo en Estados Unidos crecieron menos de lo esperado y las de gasolina bajaron inesperadamente, alentando la expectativa de que el consumo de combustible se recuperará a medida que países alivien las restricciones.
El crudo se había desplomado a principios de este mes debido a los esfuerzos para frenar la propagación del coronavirus.
Para aliviar la creciente saturación, los principales países productores de petróleo acordaron a mediados de abril reducir el bombeo en casi 10 millones de barriles por día. Los productores de esquisto y las grandes petroleras también lo están haciendo.
El West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Honduras, ganó un 22% o 2.72 dólares, a 15.06 dólares por barril tras un desplome de un 27% en los primeros dos días de la semana. El crudo Brent de mar del Norte avanzó un 10.2%, o 2.08 dólares, a 22.54 dólares por barril.
Los inventarios de crudo de Estados Unidos aumentaron 9 millones de barriles a 527.6 millones de barriles la semana pasada, unos 7 millones menos que el máximo histórico, pero algo bajo el pronóstico de un alza de 10.6 millones de barriles.
Los datos incluyeron una baja notable de los inventarios de gasolina de Estados Unidos, de 3.7 millones de barriles, desde el máximo histórico la semana pasada, ya que una modesta recuperación en la demanda de combustible compensó un repunte en la producción de las refinerías.
“Mientras veamos que la economía reabre, no veremos bajas como vimos hace una semana”, dijo Gene McGillian, vicepresidente de investigación de mercado de Tradition Energy. “Pero será difícil que los mercados regresen a los días previos a la crisis”.