Pese a los problemas de cambio de gobierno y el impacto financiero global por la guerra en Ucrania, Honduras terminó el 2022 con un tasa de riesgo de país de 529 puntos (5,29), después de superar el 9% en julio, según el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI, por sus siglas en inglés).
La calificación es dos puntos mayor a la de 2021 cuando se cerró en 3,13%. Honduras ocupa la sexta peor posición de riesgo de país en Latinoamérica, lo que implica que el costo de colocar Bonos Soberanos en el exterior es mayor y sería, en las actuales circunstancias, superior al 10% de interés.
El Gobierno hondureño optó por utilizar reservas internacionales (préstamos del Banco Central a Finanzas), y colocación de deuda interna a largo plazo para la ENEE.
Venezuela ocupa la última posición (435,41), seguido de Argentina (2.153 puntos, 21.53%), El Salvador (1.819, es decir 18,19%), Ecuador (1.245, un 12,45%) y Bolivia (564, con 5,64%), muy cerca de Honduras.
El EMBI (Emerging Markets Bonds Index o Indicador de Bonos Mercados Emergentes) es el principal indicador de riesgo país y está calculado por JP Morgan Chase. Es la diferencia de tasa de interés que pagan los bonos denominados en dólares, emitidos por países subdesarrollados, y los Bonos del Tesoro de Estados Unidos, que se consideran “libres” de riesgo.
Este diferencial (también denominado spread o swap) se expresa en puntos básicos (pb). Una medida de 100 pb significa que el gobierno en cuestión estaría pagando un punto porcentual (1%) por encima del rendimiento de los bonos libres de riesgo, los Treasury Bills. Hay que recordar que los bonos de EE UU actualmente son de 4,50 puntos.
Los bonos más riesgosos pagan un interés más alto, por lo tanto el spread de estos bonos respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos es mayor. Esto implica que el mayor rendimiento que tiene un bono riesgoso es la compensación por existir una probabilidad de incumplimiento.