El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se declaró este martes en un tribunal federal de Miami “no culpable” de los cargos federales presentados en su contra, en relación con la retención y ocultación de documentos clasificados en su casa de Florida después de haber dejado la Casa Blanca.
Trump, el primer presidente y expresidente en la historia de Estados Unidos en afrontar una acusación federal, compareció hoy ante el juez federal Jonathan Goodman, quien le notificó los 37 cargos que le imputó un Gran Jurado por el manejo de documentos clasificados en Mar-a-Lago, su residencia en el sur de Florida.
La llegada de Trump a los tribunales duro más que la lectura de cargos, ya que los abogados del exmandatario (2017-2021) señalaron en la sala que no era necesario que se leyeran los 37 cargos contenidos en la acusación, dado que ya los conocían.
“Ciertamente nos declaramos no culpables”, señaló en la sala Todd Blanche, abogado de Trump durante la audiencia.
La Fiscalía señaló que no era necesario que Trump entregara su pasaporte, en vista de que puede viajar por Estados Unidos e incluso por el extranjero.
El juez John Goodman dejó al expresidente Donald Trump en libertad sin medidas cautelares. Sus abogados insisten, por razones obvias, en que no hay riesgo de fuga. La Fiscalía busca acelerar la fecha del juicio.
Trump ingresó a la sede de los tribunales por medio de un túnel subterráneo poco antes de las 2 de la tarde, hora local (18.00 GMT), luego de abandonar su hotel en la ciudad de Doral, y poco después se le tomaron las huellas dactilares y pasó a disposición judicial.
Junto con Trump fue procesado también hoy su ayudante Walt Nauta, quien está acusado como co-conspirador. El juez prohibió que hablarán entre ellos del caso, y si lo hacen debe ser a través de sus abogados. A la salida de los tribunales Trump fue a comer con Nauta al Versailles, en la Pequeña Habana, el restaurante mítico del exilio cubano que es parada obligatoria para cualquier político republicano que quiera hacer campaña en la ciudad del sur de Florida.
¿De qué se le acusa?
Cuando se fue de la Casa Blanca en enero del 2021 para vivir en su lujosa mansión de Florida se llevó decenas de cajas.
Los Archivos Nacionales, a los que una ley encomienda la custodia de todos los archivos presidenciales, le pidieron que devolviera un año después 15 cajas, en las que había casi 200 documentos clasificados.
En junio de 2022, agentes del FBI fueron a Florida para recuperar 38 documentos clasificados adicionales.
Los investigadores, convencidos de que tenía más, regresaron en agosto, esta vez con una orden de registro, y se llevaron una treintena de cajas que contenían 11.000 documentos, incluidos planes nucleares de una potencia extranjera.
Donald Trump enfrenta 37 cargos de inculpación. Uno de ellos, por “posesión de documentos relacionados con la seguridad nacional”, se deriva de una ley sobre espionaje de 1917, que prohíbe conservar secretos de Estado en lugares no autorizados e inseguros.
Para ser condenado por este cargo, sancionable con diez años de prisión, los fiscales tendrán que demostrar que él estaba al tanto de que eran documentos clasificados.
Otro cargo, por “obstrucción a la justicia”, se castiga con 20 años de prisión. En este caso los fiscales tendrán que demostrar que Donald Trump ocultó intencionalmente información a los investigadores, sobre todo durante su visita a Mar-a-Lago en junio de 2022.
El multimillonario también enfrenta hasta cinco años de prisión por “falso testimonio”. Este cargo parece estar relacionado con una carta en la que sus abogados aseguraban que había entregado todos los documentos, a pesar de lo contrario.